Periodoncia
La periodoncia es una especialidad odontológica que se enfoca en la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades y condiciones que afectan los tejidos que rodean y soportan los dientes, como las encías y el hueso. Un periodoncista trata infecciones periodontales y realiza procedimientos para mantener la salud bucal.
Preguntas Frecuentes
Es una enfermedad que afecta a las encías y al resto de estructuras que soportan los dientes, la padece el 90% de la población por encima de los 35 años y es la primera causa de pérdida de dientes en la población mundial.
La bacteria presente en la placa causa la enfermedad periodontal. Si no se retira, cuidadosamente, todos los días con el cepillo y el hilo dental, la placa se endurece y se convierte en una substancia dura y porosa llamada cálculo (también conocida como sarro). Las toxinas, que se producen por la placa bacteriana irritan las encías. Al permanecer un tiempo en el mismo lugar, las toxinas provocan que las encías se desprendan de los dientes y se forman bolsas periodontales, las cuales se llenan de más toxinas y bacterias.
Conforme la enfermedad avanza, las bolsas se extienden y la placa penetra más y más hasta que el hueso que sostiene al diente se destruye. Eventualmente, el diente se caerá o necesitará ser extraído por falta de soporte óseo.
Pese a que las bacterias son las únicas que pueden causar la enfermedad periodontal, hay otros factores que pueden empeorarla como son: la genética, el tabaco, el estrés, la diabetes y la obesidad.
Existen muchas formas de enfermedad periodontal. Entre las más comunes se incluyen las siguientes:
Gingivitis: es la forma menos severa de enfermedad periodontal. Las encías se inflaman, se enrojecen y sangren fácil y frecuentemente (excepto en el paciente fumador). Normalmente hay poca, o ninguna, incomodidad en esta etapa. La gingivitis es reversible si es tratada profesionalmente y con un buen cuidado de la higiene oral en casa.
Periodontitis inicial: si la gingivitis no es tratada, puede progresar hacia una periodontitis. En esta etapa la enfermedad periodontal empieza a destruir el hueso y el tejido que sostiene a los dientes.
Periodontitis moderada a avanzada: se desarrolla si las primeras etapas de la enfermedad pasan desatendidas. Ésta es la forma más avanzada de la enfermedad en donde ocurre una extensa pérdida de hueso y tejido.
Periodontitis agresiva: se caracteriza por la rápida pérdida de hueso alrededor de los dientes en un breve espacio de tiempo. Se da una inflamación muy marcada sin excesiva acumulación de placa ni cálculo. En estos casos la predisposición genética es muy importante.
En ocasiones la enfermedad periodontal puede progresar sin ningún síntoma ni dolor. Durante una revisión dental regular, el dentista busca señales de la enfermedad periodontal, por lo que la enfermedad aún no detectada puede ser tratada antes de que avance.
Encías rojizas e inflamadas.
Sangrado espontaneo, al cepillarse o pasarse el hilo dental.
Encías que se desprenden de los dientes, blandas
Dientes flojos o separados.
Mal aliento continuo.
Aumento de la sensibilidad dentaria, sobretodo al frío.
Cambio en la forma en la que los dientes se encajan al morder y espacios interdentales.
Cambio en el ajuste de dentaduras parciales.
Pus entre la encía y el diente, abscesos y flemones.
El objetivo del tratamiento es eliminar la infección que produce la enfermedad. Una vez controlada la infección, el proceso destructivo del hueso se detiene y de este modo se pueden conservar los dientes y los tejidos periodontales sanos. Dependiendo de la cantidad de hueso de soporte destruido, los dientes una vez tratados tendrán mejor o peor pronóstico desde un punto de vista funcional. Por ello es importante el tratamiento precoz.
En algunas ocasiones, disponemos de técnicas de tratamiento encaminadas no solo al control de la infección, sino también a la regeneración de los tejidos periodontales destruidos o la sustitución de dientes no viables por implantes.